lunes, agosto 31, 2009
Una puesta de sol.
lunes, agosto 31, 2009
Hace mucho ya que mi vida se convirtió en una gran puesta en escena.
Cuando dedicas tu vida a la simulación, la realidad se distorsiona. Ya no sabes si sos lo que sos o si sos lo que actuas. Ya no sabes si tu vida es tu vida o sos una gran puesta en escena.
Es curioso… si le preguntas a una persona que haría si supiera que su vida se terminará en breve, la mayoría responden que correrían con el ser amado. Pero en mis años de estudio y practica descubrí que ante la noción del final en general lo que hacemos es pedir perdón.
Es como si necesitáramos descargar la mochila, soltar eso que nos pesa tanto para poder irnos en paz. Va más allá de la culpa, son remordimientos que no se detienen hasta que comprendes que tu vida es lo que vos hiciste con ella.
Podemos vivir años acallando los remordimientos por lo que hicimos mal, pero cuando sentimos que llega la hora estos vienen a buscarnos como fantasmas del pasado.
Más que el olvido nos aterra que nos recuerden mal. Los remordimientos son el miedo de haber pasado por este mundo sin despertar un poco de amor en los demás.
Los remordimientos tienen la nostalgia de una puesta de sol, se termina el día y todo lo que no hiciste ya no lo podrás hacer, y lo que hiciste no lo podrás cambiar.
Más terrible que el remordimiento por lo que hicimos mal es el remordimiento por lo que no hicimos, eso es imperdonable.
El remordimiento no es más que sabiduría que llega al final, es un intento de que no sea demasiado tarde. Y no se va a detener, el remordimiento no se va a detener hasta que comprendas.
La culpa no nos deja vivir en paz, pero los remordimientos no nos dejan morir en paz.
miércoles, agosto 26, 2009
¿Dónde estoy?
miércoles, agosto 26, 2009
Es apenas un instante, un momento, un segundo en el que uno equivoca el camino. A partir de ahí cada paso que damos nos aleja cada vez mas de nosotros mismos.
No tenemos conciencia de los errores que cometemos, apenas una sensación, una pequeña voz interior que nos dice “algo está mal”. Y aunque esa vocecita está ahí seguimos adelante, ignorándola, equivocándonos, casi a conciencia.
Lo ves venir. Sabes que eso que estás por hacer va a cambiar todo, y así todo lo haces. Ya te extraviaste, ya te vaciaste, ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste, ya te traicionaste. Y ahí te mirás al espejo y ya no te reconoces, hay otro que te mira, te pregunta “¿Dónde fuiste? ¿Dónde estás?” .
Un error lleva a otro error. Es tan fácil equivocar el camino y tan difícil volver de eso... Es un impulso, un momento irracional, y ya no hay vuelta atrás. Incluso cuando tenemos buenas intenciones un error puede cambiar todo, romper todo. Ya estás perdido, errado, extraviado, si no tenés rumbo ¿A dónde podrás ir?
Hay alertas, hay advertencias, pero no las escuchamos y vamos directo al error.
Errar es hacer algo pensando solo en nosotros y nada en los demás. ¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos equivocamos tanto? ¿Por qué fuimos tan débiles?
Cuando cometiste error tras error no podés ni siquiera quejarte, ni ese derecho tenés.
Corrés, te desesperás, pero cuando tomaste el desvío el camino de regreso es más largo. Porque en tu desvío causaste dolor, heridas que tardan mucho en sanar. El dolor se transforma en resentimiento, en tristeza vieja, inolvidable.
Ya no soy la que era, ya no sos el que eras ¿Dónde estás? ¿Dónde estamos?
Querés volver el tiempo atrás, querés volver a ser quien eras, pero ya es tarde.
Los errores del presente son las tragedias del futuro. Corrés pero ya es tarde, y mientras corrés tu alma llora, porque sabes que tendrías que haber escuchado esa vocecita, ese murmullo en tu corazón que te decía que estabas equivocando el camino.
Corrés y corrés pero ya es tarde, solo podés mirarte al espejo y preguntarte ¿Dónde estás?
No tenemos conciencia de los errores que cometemos, apenas una sensación, una pequeña voz interior que nos dice “algo está mal”. Y aunque esa vocecita está ahí seguimos adelante, ignorándola, equivocándonos, casi a conciencia.
Lo ves venir. Sabes que eso que estás por hacer va a cambiar todo, y así todo lo haces. Ya te extraviaste, ya te vaciaste, ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste, ya te traicionaste. Y ahí te mirás al espejo y ya no te reconoces, hay otro que te mira, te pregunta “¿Dónde fuiste? ¿Dónde estás?” .
Un error lleva a otro error. Es tan fácil equivocar el camino y tan difícil volver de eso... Es un impulso, un momento irracional, y ya no hay vuelta atrás. Incluso cuando tenemos buenas intenciones un error puede cambiar todo, romper todo. Ya estás perdido, errado, extraviado, si no tenés rumbo ¿A dónde podrás ir?
Hay alertas, hay advertencias, pero no las escuchamos y vamos directo al error.
Errar es hacer algo pensando solo en nosotros y nada en los demás. ¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos equivocamos tanto? ¿Por qué fuimos tan débiles?
Cuando cometiste error tras error no podés ni siquiera quejarte, ni ese derecho tenés.
Corrés, te desesperás, pero cuando tomaste el desvío el camino de regreso es más largo. Porque en tu desvío causaste dolor, heridas que tardan mucho en sanar. El dolor se transforma en resentimiento, en tristeza vieja, inolvidable.
Ya no soy la que era, ya no sos el que eras ¿Dónde estás? ¿Dónde estamos?
Querés volver el tiempo atrás, querés volver a ser quien eras, pero ya es tarde.
Los errores del presente son las tragedias del futuro. Corrés pero ya es tarde, y mientras corrés tu alma llora, porque sabes que tendrías que haber escuchado esa vocecita, ese murmullo en tu corazón que te decía que estabas equivocando el camino.
Corrés y corrés pero ya es tarde, solo podés mirarte al espejo y preguntarte ¿Dónde estás?
lunes, agosto 24, 2009
Puntos de ViSta.
lunes, agosto 24, 2009
Existe una única manera de ver las cosas? Las cosas son como son o como las vemos? Existe la objetividad o siempre vemos todo subjetivamente? Las cosas son como son o como las sentimos? Será que todo lo vemos teñido con nuestra propia historia? Existe una única verdad o todo depende del punto de vista? Todo depende de cómo se mire. Nuestra historia nos marca, y vemos todo desde esas marcas. Será q si nos falto amor, veremos falta de amor, aun en el amor? Si tuvimos una historia de abandonos, siempre veremos eso, en cualquier caso? Se pueden conciliar dos puntos de vista tan distintos? Las palabras tienen un único significado o depende de cómo se escuchen?
Ver siempre lo que queres ver es una forma de ceguera. Si dos personas pueden tener una verdad diferente, entonces hay una sola verdad? Estamos presos de nuestra única manera de ver las cosas, nada es ni blanco, ni negro, todo depende. Es muy curioso, pero en la mayoría de las discusiones, todos y nadie tienen razón. Atorranta, bueno, malo, traidor, confiable o mentiroso, puede ser que alguien sea de una manera u de otra? Si vemos las cosas siempre desde el cristal de nuestra historia y nuestros traumas, se puede confiar en nuestros ojos? Cambiar el punto de vista, de eso se trata todo. Un punto de vista es solo eso, una manera de ver las cosas, ni la única, ni la mejor, ni la acertada. Cuando no queremos ver la realidad, preferimos ver lo que queremos ver, defendemos con uñas y dientes un punto de vista falso, un punto de vista que borre nuestros errores. Estamos presos de un único punto de vista, vemos y leemos todo desde lo que nos marco, crecer es poder considerar otras cosas, desde otro punto de vista, nuevo, distinto. La mirada que importa es la nuestra, lo que ven los demás es irrelevante, son apenas puntos de vista. Desde nuestro punto de vista, nunca podemos ver el todo, solo se ve una parte, por eso, todo depende de según como se mire.
domingo, agosto 23, 2009
A Destiempo
domingo, agosto 23, 2009
Todo llega, dicen.... y es verdad, el problema no es si llega, sino cuando llega.
Aveces las cosas llegan cuando ya es tarde, otras veces, lo que esperas llega antes...cuando no estas listo.
Todo tiene su momento, antes o después de ese momento, nada prospera.
El destiempo son dos calles que nunca se cruzan.
El destiempo es llegar cuando la fiesta termino.
El destiempo no es solo que algo te llegue tarde, es también llegar tarde a eso...., es no tocar a tiempo la nota justa.
El destiempo es perder el tren.
El destiempo es como una fruta verde, amarga.
5 segundos ántes... puede ser el momendo ideal, 5 segundos después... el peor momento.
El destiempo es un descencuentro, es sabiduria que llega cuando ya no la necesitas.
El destiempo es una tarde fria en verano, es lo opuesto al lugar y la hora indicada.
El destiempo es una discusión entre solos.
El destiempo es una ironia.
jueves, agosto 20, 2009
Con los Ojos encima.
jueves, agosto 20, 2009
¿El problema soy yo no? No, acá el problema no soy yo, ni ningún tipo. Con todos me pasa lo mismo. El problema es cómo me ven. Todos me miran de la misma manera.
Se trata todo de eso, de que yo trato, quiero, intento que me vean de otra manera, pero no, no puedo. Tengo la mirada clavada ahí encima todo el tiempo. Te juro que es horrible… es horrible vivir así.
Una cosa es que te vean hermosa, y otra que te sientan hermosa, que te amen de verdad.
La gente ve lo que quiere ver, y no le interesa si es real o no. Se quedan con su mirada, con su prejuicio. Si te ven como una histérica, van a tratarte como una histérica, aunque en realidad quizás estés confundida. La mirada de los otros puede ser muy cruel a veces, y muy ciega.
La mirada de los demás es todo, y los otros no te ven a vos, ven lo que piensan de vos.
La mirada de los otros tiene sonido, voces, susurros. No se puede escapar a lo que ven de nosotros.
Todo se trata de cómo nos ven y como vemos a los demás. Quedamos atrapados en esa mirada, inmóviles, fijados en lo que creemos que vemos, confiando más en nuestro prejuicio que en nuestros ojos.
Dicen que la primera impresión es la que cuenta, pero también que lo esencial es invisible a los ojos.
¿Cuándo me van a sacar esos ojos de encima y van a ver lo que realmente soy y lo que realmente necesito?
miércoles, agosto 19, 2009
La mujer invisible.
miércoles, agosto 19, 2009
Así soy yo... Mi estrella brilla tanto que nadie ve mi fragilidad... Soy como la mujer invisible, soy una presencia que se siente pero no se ve.
Cuando ven que no necesitas nada, que podes con todo.. dejan de verte. Soy una sombra, una brisa que pasa. Estoy pasando todo el día; todos ven lo que doy, pero no lo que necesito.
Todos ven tus señales, tus destellos, tu brillo; pero no ven como te apagas.
Hasta la mujer invisible necesita una mirada especial que la haga sentir especial.
Perdón, no es un buen momento.
Triste.
Cuando ven que no necesitas nada, que podes con todo.. dejan de verte. Soy una sombra, una brisa que pasa. Estoy pasando todo el día; todos ven lo que doy, pero no lo que necesito.
Todos ven tus señales, tus destellos, tu brillo; pero no ven como te apagas.
Hasta la mujer invisible necesita una mirada especial que la haga sentir especial.
Perdón, no es un buen momento.
Triste.
lunes, agosto 17, 2009
No me falles.
lunes, agosto 17, 2009
No es tan fácil confiar. Cuando te fallan una y otra vez ¿por qué no te van a volver a fallar?
Queremos confiar en los demás, siempre esperamos que nos digan la verdad.
La decepción es una de las cosas que más nos lastiman ¿en quién podemos confiar?
Nos preocupamos mucho por no fallarle a los demás, por no defraudar su confianza…No defraudar y que no nos defrauden los demás ¿es eso lo único que importa?
De chico no querés fallar a los grandes; menos querés que los grandes te fallen.
Uno no quiere fallar a la gente que ama ni que ellos te fallen ¿no?
Uno no espera que sus seres más queridos le fallen, que un padre, un hermano, tu novio te falle… ¿Cómo lo soportás?
Pero el peor de los miedos no es que otros te fallen, el peor de los miedos es fallarse a si mismo. Hace mucho tiempo que me viene pasando esto, algo está cambiando en mí…No se qué es... quizá una herida en mi cabeza o en mi corazón, pero algo está cambiando. Algo me está pasando, me está torturando y me está oscureciendo. No solo me da pánico fallarle a Todos Ellos, sino que me da pánico fallarme a mi misma, traicionarme y terminar convirtiendome en lo que toda la vida odié, por eso decido a veces alejarme, aunque duela...
Queremos confiar en los demás, siempre esperamos que nos digan la verdad.
La decepción es una de las cosas que más nos lastiman ¿en quién podemos confiar?
Nos preocupamos mucho por no fallarle a los demás, por no defraudar su confianza…No defraudar y que no nos defrauden los demás ¿es eso lo único que importa?
De chico no querés fallar a los grandes; menos querés que los grandes te fallen.
Uno no quiere fallar a la gente que ama ni que ellos te fallen ¿no?
Uno no espera que sus seres más queridos le fallen, que un padre, un hermano, tu novio te falle… ¿Cómo lo soportás?
Pero el peor de los miedos no es que otros te fallen, el peor de los miedos es fallarse a si mismo. Hace mucho tiempo que me viene pasando esto, algo está cambiando en mí…No se qué es... quizá una herida en mi cabeza o en mi corazón, pero algo está cambiando. Algo me está pasando, me está torturando y me está oscureciendo. No solo me da pánico fallarle a Todos Ellos, sino que me da pánico fallarme a mi misma, traicionarme y terminar convirtiendome en lo que toda la vida odié, por eso decido a veces alejarme, aunque duela...
viernes, agosto 14, 2009
La falla de seguridad.
viernes, agosto 14, 2009
Todos tenemos un monstruo o un fantasma adentro que no nos gusta, entonces creamos un sistema de seguridad para que no se note. Mantenemos el monstruo agarradito para que no salga ni se vea. Pero a veces el sistema de seguridad falla y el monstruo ingresa, y ahí quedamos expuestos.
A veces eso que tanto queremos ocultar queda a la vista y nos avergüenza. Nos sentimos desnudos, sentimos que todos ven lo que en verdad somos, y somos algo que odiamos.
Como si hubiera un Mr. Hyde en nosotros, como si el verdadero ‘yo’ fuera otro, y eso asusta. Nos asusta que falle el sistema de seguridad, que Mr. Hyde se desate y haga alguna locura.
Vivimos alertas, atentos, vigilando el monstruo. Y así creamos mecanismos, defensas, nos aislamos, todo para que ese supuesto monstruo no salga a la luz.
Cualquier cosa que nos saque del lugar seguro nos da miedo. Nos da miedo lo nuevo porque puede provocarnos cosas desconocidas. Odiamos a nuestro monstruo porque desea justamente las cosas que nos dan miedo. Queremos esconder a toda costa esa parte nuestra, esos deseos que nos inquietan.
Son deseos que supuestamente no tendríamos que tener y nos esforzamos por reprimir. Son deseos que nos dan culpa, vergüenza. Deseos que van en contra de la moral, de lo que debe ser.
Nos odiamos cuando nos dominan las pasiones. Nos odiamos cuando todos ven eso que queremos ocultar. Odiamos las fallas de seguridad, esos huecos que nos desnudan y muestran nuestras miserias. Pero la verdad es que a todos nos pasa lo mismo, todos tenemos un monstruito adentro ¿y sabés que hay que hacer con eso? Reírse de él. Ridiculizarlo, perderle el respeto y el miedo. Reírnos de nuestras cosas oscuras.
Aceptar quienes somos, reírnos de nuestros miedos. Ridiculizar nuestros fantasmas. Reírnos a carcajadas de nuestras miserias. Permitirnos ser quienes somos y desear lo que deseamos. Bajar las defensas, aceptar las fallas de seguridad, y dejar que Mr. Hyde salga, porque en definitiva ese monstruo es también quien somos.
A veces eso que tanto queremos ocultar queda a la vista y nos avergüenza. Nos sentimos desnudos, sentimos que todos ven lo que en verdad somos, y somos algo que odiamos.
Como si hubiera un Mr. Hyde en nosotros, como si el verdadero ‘yo’ fuera otro, y eso asusta. Nos asusta que falle el sistema de seguridad, que Mr. Hyde se desate y haga alguna locura.
Vivimos alertas, atentos, vigilando el monstruo. Y así creamos mecanismos, defensas, nos aislamos, todo para que ese supuesto monstruo no salga a la luz.
Cualquier cosa que nos saque del lugar seguro nos da miedo. Nos da miedo lo nuevo porque puede provocarnos cosas desconocidas. Odiamos a nuestro monstruo porque desea justamente las cosas que nos dan miedo. Queremos esconder a toda costa esa parte nuestra, esos deseos que nos inquietan.
Son deseos que supuestamente no tendríamos que tener y nos esforzamos por reprimir. Son deseos que nos dan culpa, vergüenza. Deseos que van en contra de la moral, de lo que debe ser.
Nos odiamos cuando nos dominan las pasiones. Nos odiamos cuando todos ven eso que queremos ocultar. Odiamos las fallas de seguridad, esos huecos que nos desnudan y muestran nuestras miserias. Pero la verdad es que a todos nos pasa lo mismo, todos tenemos un monstruito adentro ¿y sabés que hay que hacer con eso? Reírse de él. Ridiculizarlo, perderle el respeto y el miedo. Reírnos de nuestras cosas oscuras.
Aceptar quienes somos, reírnos de nuestros miedos. Ridiculizar nuestros fantasmas. Reírnos a carcajadas de nuestras miserias. Permitirnos ser quienes somos y desear lo que deseamos. Bajar las defensas, aceptar las fallas de seguridad, y dejar que Mr. Hyde salga, porque en definitiva ese monstruo es también quien somos.
jueves, agosto 13, 2009
Un ultimo round?
jueves, agosto 13, 2009
Un padre es mucho más importante de lo que uno piensa, porque las palabras de un padre, su mirada, vive en nosotros. Es como que los padres te dan una caja de herramientas, si vos tenés un problema, metés la mano en esa caja y sacás la herramienta que necesitás para arreglarlo. Pero cuando el padre faltó o falló, tenés un problema, metés la mano en la caja y no hay nada, estás perdido, sin esas herramientas, es como que estás desnudo, sin armas para enfrentar la vida, porque un padre nos da eso, nos da armas para pararnos, para pelear por un lugar.
Y cuando dejás de pelearla, te morís, te caes, te vas. Lo que te mantiene vivo no es ganar, sino pelear. La pelea perdida, es la que no peleaste. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. No está muerto quien pelea. Tal vez te cruzaron un cross de derecha, te hicieron besar la lona, sangrar, llorar, pero hay que seguir peleándola, hasta el final. La única forma de aprender a pelear, es peleando, es no rendirse jamás. Rendirse es mirar la pelea desde afuera, ver como otro pelea esa pelea que es nuestra. Pelearla hasta el final, hasta el último round.
Cuando le dije a mi papá que estaba enamorada, que por primera vez estaba enamorada me dijo que eso significaba pelearla hasta el final... Y la verdad,él (mi pincipito) y yo nosotros tuvimos muchas buenas, pero tambien muchas malas. Pero yo siento… siento, sé, que entre nosotros hay un amor único. Yo te amo con todo lo que soy. Y… tengo mucha fe en que vos me amás... Entonces yo, yo te pido, te propongo, te invito a que la peleemos juntos... Te pido amor, te pido volver, te pido casamiento, te pido todo. Porque ahora sé, ahora sé que quiero pelearla. Quiero que peleemos juntos, hasta el final.
Pocas cosas me enseñó mi viejo, pero grosas, me enseñó que el ring nunca se abandona, nunca se tira la toalla, y se pelea con garra, hasta el último round…
miércoles, agosto 12, 2009
Malos Tratos.
miércoles, agosto 12, 2009
Esperar a que la vida nos trate bien porque somos buenas personas es como que un toro no te ataque porque sos vegetariano. Todos nos vivimos tratando mal, sin saber quién tiene la culpa, pero no podemos vivir tratándonos así.
Para mí las relaciones son como un trato ¿entendés? Hay buenos tratos y hay malos tratos. Cuando una persona quiere a alguien sin decirlo ya hay un trato. Yo te voy a tratar bien porque vos me vas a tratar bien. Pero si yo maltrato a alguien ¿Qué puedo esperar a cambio?
Cuando una persona maltrata a los demás en realidad se está tratando mal a sí mismo, o sea se te vuelve en contra, la piña que vos das te lastima a vos.
Es un problema ético, tratar a los demás como queremos que nos traten. Si yo maltrato recibo maltrato.
Pero cuando tratamos bien a los demás y nos vuelve maltrato pensamos “que hice yo para que me traten así”. Y la respuesta es “nada”, no hicimos nada. Simplemente nos topamos con alguien que tratándonos mal en realidad se maltrata a sí mismo. La solución no es más maltrato.
Si un trato se vuelve malo, bueno, hay que hacer otro. Hay que hacer tratos nuevos, negociar ¿entendés?
Hay que buscarle la vuelta, porque los buenos tratos son la única manera de quererse bien.
Para mí las relaciones son como un trato ¿entendés? Hay buenos tratos y hay malos tratos. Cuando una persona quiere a alguien sin decirlo ya hay un trato. Yo te voy a tratar bien porque vos me vas a tratar bien. Pero si yo maltrato a alguien ¿Qué puedo esperar a cambio?
Cuando una persona maltrata a los demás en realidad se está tratando mal a sí mismo, o sea se te vuelve en contra, la piña que vos das te lastima a vos.
Es un problema ético, tratar a los demás como queremos que nos traten. Si yo maltrato recibo maltrato.
Pero cuando tratamos bien a los demás y nos vuelve maltrato pensamos “que hice yo para que me traten así”. Y la respuesta es “nada”, no hicimos nada. Simplemente nos topamos con alguien que tratándonos mal en realidad se maltrata a sí mismo. La solución no es más maltrato.
Si un trato se vuelve malo, bueno, hay que hacer otro. Hay que hacer tratos nuevos, negociar ¿entendés?
Hay que buscarle la vuelta, porque los buenos tratos son la única manera de quererse bien.
sábado, agosto 08, 2009
Hay que saber cuando irse, cuando retirarse.
sábado, agosto 08, 2009
Discusión entre ella y yo. Esto fue lo que le dije:
"¿Por que me odias tanto? ¿Por que? ¿Me odias porque soy buena gente? ¿Por que soy una chica normal? ¿Me odias porque tengo alrededor gente que me quiere? ¿Por eso?.. Yo creo que es por eso. Yo creo que no me bancas porque tengo y soy lo que vos nunca vas a tener, ni vas a ser. Yo creo que es tan feo sentirse solo que necesitas hacerme mal a mi porque eso te da alegría, ese momentito te hace feliz. Pero escúchame bien. Vos podes hacer correr miles y miles de rumores, podrás hacer que me odien, podrás hacer que la gente que me quiere desconfíe de mi. Pero nunca, nunca, nunca me vas a convertir en lo que vos sos. Un rumor, por más fuerte que sea, nunca es más fuerte que la verdad, y tarde o temprano sale a la luz. Les podrán mentir a algunos por mucho tiempo, pero no a todos todo el tiempo. Porque a la larga o a la corta esa careta se cae. Yo tengo quien me abrace. ¿Y vos? Algunos te van a creer a vos. Otros a lo mejor me van a creer a mí, pero lo más lindo que tengo es la gente que me quiere. ¿Y vos?"
Todos a nuestro al rededor nos miraban, ella se quedo muda, no supo que responder. Solo ahí, me fui.
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